Consulado (Francia)

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Los tres cónsules fueron: Cambacérès, Bonaparte y Lebrun.

El Consulado fue la institución de gobierno en Francia después de la caída del Directorio, tras el golpe de Estado que dio Napoleón Bonaparte el 18 de Brumario se promulgó una nueva constitución que estableció un poder ejecutivo integrado por tres cónsules durante 10 años en el cargo de 1799, pero todo el poder se concentraba en el primer cónsul, hasta el comienzo del Imperio Napoleónico en 1804. Por extensión, el término Consulado se refiere también a dicho periodo histórico francés.

Napoleón Bonaparte, primer cónsul. De François Gérard, 1803.

El cargo de cónsules lo ostentaron temporalmente Napoleón Bonaparte (el primer cónsul), Sieyès y Ducos hasta el 12 de diciembre de 1799. Posteriormente, Sieyès y Ducos fueron reemplazados por Jean Jacques Régis de Cambacérès y Charles-François Lebrun, quienes siguieron en el cargo hasta 1804, cuando Napoleón fue coronado. Aún sin llegar a ser emperador, Napoleón ya se había proclamado cónsul vitalicio, ostentando prácticamente todo el poder, y convirtiéndose en el prototipo de gobernante popular que más tarde sería reafirmado con el título de emperador de los franceses.

El cargo de cónsul tiene su origen en el antiguo cargo homónimo de la República Romana.

En 1802, aprovechando la acogida que tuvo en Francia, Napoleón firma el Tratado de Paz de Amiens con Gran Bretaña, modifica la Constitución y se auto-proclama cónsul único, vitalicio, y con poder hereditario.

Durante el Consulado trató de restablecer la estabilidad a través de reformas, las principales fueron:

  • Autorización del regreso de los emigrados, decretando la amnistía.
  • Reorganización de la educación.
  • Recuperación financiera del país, tras la crisis en la época del directorio.
  • Reconstrucción de pueblos y carreteras.

Véase también